La Guerra de una Madre Traicionada

Capítulo 17

Sabrina giró sobre sus talones y se topó con la figura insolente de un joven que avanzaba hacia ella, flanqueado por un séquito de amigos. El aire del bar, cargado de aromas a madera y licor, se tensó con su presencia.

Al instante, lo reconoció. Fabián Guerrero, un amigo importante de André, un eterno devoto de Araceli que no perdía oportunidad de menospreciarla. Desde que Sabrina entró en la vida de André, Fabián la habia tratado con desprecio, lanzándole pullas afiladas como dardos envenenados. Con el regreso de Araceli, su actitud se había exacerbado: se erigió en mensajero oficial, corriendo a André con cada capricho o queja de ella. Más de una vez, con una mezcla de burla y descaro, le había insinuado a Sabrina que debía ceder su lugar.

Fabián se acercó con paso arrogante, una sonrisa torcida bailándole en los labios.

-Ama de casa, ¿qué haces aqui? ¿No deberías estar bordando cojines o aprendiendo

mantener a tu marido contento? Esto de andar en bares no pega con una señora tan.... doméstica.

Sabrina era un torbellino de elegancia y destreza, capaz de deslumbrar en un salón o de preparar un banquete impecable. Su perfección era tan evidente que Fabián, con su ingenio mordaz, la habia bautizado "Ama de casa". El apodo se había extendido como fuego entre los allegados de André, un eco cruel que resonaba en cada encuentro.

El tono de Fabián, empapado de sarcasmo, hizo que Daniela arrugara la frente al instante. Sabrina, por su parte, dejó que una chispa de frialdad brillara en sus ojos.

Fabián, lejos de retroceder, silbó con aire teatral y exageró su expresión.

-¡Uy, uy! ¿Ya te picaste otra vez, ama de casa? ¿Qué pasa, no aguantas un poco de humor?

Sus amigos, ansiosos por sumarse al espectáculo, soltaron risitas y comentarios al unisono.

-¡Claro, señora Carvalho, relájese un poco! ¿Tan chiquita te la vas a hacer por esto? ¡Qué vergüenza para André!

-Además, Fabián tiene razón. ¿No eres solo una ama de casa que cuida al marido y al niño?

-¡Exacto! ¿Cómo te vas a comparar con Araceli? Ella sí que es de otro nivel, graduada del Conservatorio de Música Santa Victoria.

-¿Qué no sabes qué es el Conservatorio de Música Santa Victoria? Ay, pobrecita, te lo explico: una de las cinco academias de música más prestigiosas del mundo.

Daniela, al escuchar aquello, giró la cabeza hacia Sabrina con una ceja arqueada.

-¿Araceli también salió del Conservatorio? Primera noticia. ¿Quién es esa tal Araceli de la tanto alardean?

que

Fabián le lanzó una mirada cargada de desprecio y soltó una carcajada seca.

-Qué tipico de las que no salen de su charco. Hay tanto que no sabes, Daniela. Deberías viajar,

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conocer el mundo, abrir un poco esa cabecita.

No había pasado ni un minuto y ya estaba repartiendo apodos como trofeos.

Daniela frunció el ceño, irritada.

-Sabrina, ¿quién es este tipo? ¡Qué pesado! Nadie le pidió su opinión y aquí está, pavoneándose como si fuera el rey del lugar.

Sabrina respondió con una calma que cortaba como el filo de una hoja.

-Es uno de los fieles seguidores de Araceli. Su perrito

ro, para ser exactos.

-¡Oh, el perrito faldero de Araceli! -Daniela asintió con una chispa de comprensión, y su enfado se disolvió en una sonrisa pícara-. Ya veo por qué es tan insoportable. Todo tiene.

sentido ahora.

El rostro de Fabián se endureció, pero antes de que pudiera replicar, Sabrina le dedicó una sonrisa suave, casi dulce.

-Señor Perrito Faldero, no te lo tomes a mal, solo estoy bromeando. ¿Verdad que no te vas a enojar por tan poquito?

Daniela, que había sido testigo de las burlas contra su amiga, ardia de indignación. Al ver el giro de Sabrina, se sumó al juego con entusiasmo.

-¿En serio? ¿Un hombre tan grandote y no aguanta una bromita? ¡Qué triste! Así nos hace quedar mal a todos los demás.

Sabrina, siempre rápida para adaptarse, respondió con un tono sereno pero punzante.noveldrama

-Tranquila, Daniela. Es solo que no ha salido mucho de su burbuja. No vale la pena rebajarnos a su altura.

Las caras a su alrededor eran un mosaico de emociones: desconcierto, diversión, incomodidad. Hasta los más distraídos captaron que las dos mujeres estaban devolviendo el golpe con las mismas palabras de sus agresores.

Daniela, entre risas, remató.

-Total, los que siempre van detrás de alguien nunca llegan a nada. Bueno, qué más da, me da un poco de lástima. Sabrina, vámonos de aquí. Te prometo que esta noche te vas a divertir

como nunca.

Capitulo 18