Capítulo 328
Capítulo 328
“Adam”
En ese instante, la voz de Santiago resonó en el aire.
Sant?”
Santiago miró a Adam sorprendido y dijo: “Adam, ¿qué te pasó en la cara?”
Se podia ver un lado de la cara de Adam hinchado y rojo.
Adam se pasó la lengua por la muela del juicio y dijo con un tono ap
“¡Mi abuela me golpeó!”
“¿Qué?” Santiago pensó que estaba alucinando.
‘Si, escuchaste bien. Confirmó Adam.
No fue hasta que volvió a escuchar la voz de Adam que Santiago se convenció de que no estaba alucinando.
*¿De verdad tu abuela te golpeó?” Insistió en preguntar.
La imagen que Santiago tenia de Jana era la de alguien que adoraba a Adam, que no se atrevía a tocarle ni un dedo. Eso le resultaba
increible.
Adam continuo diciendo: “Y mi abuela también me echo de la casa.”
“¿En serio?” Santiago estaba completamente asombrado.
Adam asintió con la cabeza, “Es verdad.”
Santiago sabia que ese no era el lugar para hablar y continuó: “Adam, ve a mi casa primero! lan y Kelvy están alli.”
“De acuerdo.” Adam se dio la vuelta para seguir el paso de Santiago.
Mimi se sentó en el suelo y maullé lastimeramente.
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Santiago se giró y dijo, “Adam, ¿es tu gato?”
ya tener un gato tan feo?”
Adam negó con la cabeza, “¿Cómo voy a
*Si no es tu gato, entonces sigamos. Ambos se dieron la vuelta y siguieron caminando.
Mimi siguió inmediatamente a Adam maullando.
es tu gato?” preguntó Santiago con duda.
*Adam, ¿seguro que no es tu gat
“No lo es.” Insistió Adam.
Santiago se rascó la cabeza confundido y dijo “Pero sigue siguiéndonos.”
Adam miró hacia atrás a Mimi y le dijo, “Deja de seguirmel Aunque sigas persiguiéndome, no te voy a querer!”
Mimi no se daba por vencido y continuó siguiendo a Adam.
Hasta que ambos se subieron al coche,
Mimi todavia los seguía de cerca.
Adam endureció su corazón y cerro de golpe la puerta del coche, dejando a Mimi afuera.
El sonido del motor de coche sono y
Adam se recostó en el respaldo del asiento.
“Maldición! ¡Ese gato casi se echa a volar!” exclamó Santiago sorprendido.
Adam mirá hacia atrás.
vio a Mimi corriendo a la máxima velocidad.
“¡Paral” de repente dijo Adam.
El conductor frenó rápidamente.
Adam abrió la puerta del coche
e y salid
Un momento después, cuando Adam volvió a subir al coche, apareció con un gato sucio en sus brazo
Capitulo 328
Santiago preguntó con cunosidad: “Adam, ¿vas a cuidarlo?”
La expresión en la cara de Adam seguía siendo inmutable, “No voy a cuidar un gato tan feo. Solo quiero encontrar otro lugar para deshacerme de él ¡Así no tiene que seguirme!” Content is © by NôvelDrama.Org.
“Oh” Santiago asintió con la cabeza.
Poco después, el coche se detuvo frente a la puerta de la mansión de la familia Sancho.
Adam era un visitante habitual en la casa de los Sancho, conocía bien el lugar. Subió con Santiago a la planta superior sosteniendo a Mimi en brazos.
Cuando lan y Kelvy vieron subir a ambos, preguntaron con curiosidad: “Adam, Santi, ¿cómo llegaron tan rápido?”
Santiago respondió: “Nos encontramos con Adam en el camino.
Kelvy vio el gato en los brazos de Adam y preguntó curioso: “Adam, ¿desde cuando tienes un gato?”
Adam no respondió directamente a Kelvy, sino que lanzó al gato al balcón y advirtió: “¡No te muevas de ahi! Si no, esta n
noche te cocino y hago sopa de gato.”
El gato lo miró y maulló.
Adam cerró la puerta del balcón de golpe, se giró hacia donde estaban lan y Kelvy y dijo, “Ese no es mi gato, es un gato del que quiero deshacerme.”
Exclamó Kelvy emocionado. “Adam! ¿Cómo puedes deshacerte de un gato tan lindo? Si no lo quieres, ¡dámelo a mi!”
Adam se acercó y dijo, “Ése gato es demasiado feo, lo mejor es deshacerse de él
Hasta que Adam se acercó, Kelvy no notó la herida en su rostro. Olvidó por completo el gato y exclamó: “Carambal Adam, ¿qué te pasó en la cara?”
Al oir eso, lan, que estaba alimentando a los peces, corrió hacia ellos y también preguntó.
“¿Qué le pasó a Adam?”
Era la primera vez que veian a Adam herido desde que se conocían
Y era en la cara.
Era muy evidente,
alguien lo había golpeado.
“¿Te ha molestado alguien, Adam? Dimelo, y yo me encargo de él“, dijo Kelvy, remangándose la camisa con una mirada furiosa.
Y yo t
también!” exclamó lan, agarrando un par te nunchakus que tenía a mano.
Adam sonrió y dijo: “Nadie me ha molestado, fue mi abuela quien me golpeó‘. Su tono era tan sereno, tan indiferente, como si estuviera hablando sobre qué había desayunado esa mañana.
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